En resumen, la seguridad en la cuneta deberíamos ponerla nosotros mismos. Los verdaderos aficionados saben cuales son las zonas de mayor riesgo y ahí cada uno es libre de apreciar su vida de una forma u otra. Hacer caso a lo que nos dicta el organizador de la prueba es vital, aunque no siempre estemos en concordancia con el mismo. No podemos consentir muertes, ni accidentes, en nuestro amado deporte, el cual, ahora mismo, no atraviesa su mejor momento y con estas cosas se logra una repercusión totalmente negativa y lo sitúa como un deporte de alto riesgo de cara a medios de televisión y personas ajenas al deporte del motor.
La contra-repercusión dificulta, cada día más, que salgan pruebas adelante y es por eso por lo que las medidas de seguridad han pasado a ser tan estrictas para el público. También debemos entender a los participantes; un piloto no corre cómodo si se encuentra gente en escapatorias.
Que los accidentes existen es una realidad asumida, pero existen en todos los deportes conocidos. Desde aquí hago una referencia a los medios públicos y privados de comunicación general, principalmente televisiones. ¡YA BASTA DE REPETIR ACCIDENTES DE HACE 20 AÑOS CADA VEZ QUE OCURRE ALGO EN UN RALLYE! Estamos cansados de que sólo se hable de rallyes cuando ocurren desgracias, no se dan cuenta del daño que le hacen a este maravilloso deporte.
También hay que mencionar la lacra que tenemos en las cunetas de los tramos, suele ser gente a la que el rallye le da igual y lo único que le importa es emborracharse. Como consecuencia de esto se neutralizan tramos o se pone en peligro la vida de los participantes y la suya propia. Si queréis hacer botellón, hacedlo donde lo hagáis normalmente y dejad de fastidiar al resto.
Y, por último, la limpieza. no cuesta tanto recoger lo que hayamos ensuciado, meterlo en una bolsa y tirarlo.
Situación de público y colores de cinta.
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